
- 1958 en Arizona
En 1958, tuvo lugar un desarrollo emocionante en Arizona que se convertiría en un ícono cultural y educativo en la región: la creación del Museo del Desierto de Arizona-Sonora. Esta institución única, ubicada en Tucson, fue fundada por William H. Carr, un joven naturalista apasionado por el desierto y sus habitantes, y Arthur N. Pack, ambientalista y editor de la revista Nature. Su visión compartida era crear un museo viviente que mostrara la belleza y diversidad del desierto de Sonora y fomentara una apreciación más profunda del entorno natural entre sus visitantes.
El Museo del Desierto de Arizona-Sonora abrió sus puertas el 1 de septiembre de 1952, pero fue en 1958 cuando el museo realmente comenzó a establecerse como un destino principal para conocer y experimentar el Desierto de Sonora. La dedicación de los fundadores a la conservación y la educación atrajo una atención significativa, y el museo amplió sus exhibiciones y programas para servir mejor al creciente número de visitantes.
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Uno de los desarrollos clave en 1958 fue la apertura del Centro de Ciencias de la Tierra, que mostró la geología y la mineralogía de la región. Esta instalación de última generación brindó a los visitantes la oportunidad de aprender sobre la formación del paisaje desértico, los ricos recursos minerales que se encuentran en el área y los procesos geológicos que continúan dando forma al medio ambiente en la actualidad.
El museo también se centró en la flora y la fauna del desierto de Sonora, con exhibiciones de animales vivos y jardines botánicos que muestran la gran biodiversidad de la región. En 1958, el museo adquirió nuevos animales, incluidos pumas, monstruos de Gila y serpientes de cascabel, para ayudar a los visitantes a comprender las relaciones complejas e interdependientes entre los habitantes del desierto. Los jardines botánicos se expandieron para incluir más especies de plantas nativas, como saguaros, ocotillos y chollas, que demostraron las adaptaciones necesarias para sobrevivir en el duro clima del desierto.
Otro aspecto importante del crecimiento del museo en 1958 fue su compromiso con la educación ambiental. La institución lanzó una serie de programas educativos, que incluyen visitas guiadas, conferencias y talleres, que tenían como objetivo enseñar a los visitantes sobre el ecosistema del desierto, sus desafíos únicos y la importancia de los esfuerzos de conservación. Estos programas no solo educaron al público, sino que también inspiraron a una nueva generación de ambientalistas e investigadores a tomar un papel activo en la preservación del frágil medio ambiente del desierto.
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En conclusión, el año 1958 marcó un período significativo de crecimiento y desarrollo para el Museo del Desierto de Arizona-Sonora. La adición de nuevas exhibiciones, la expansión de los programas educativos y la apertura del Centro de Ciencias de la Tierra contribuyeron a la misión del museo de promover la comprensión y la apreciación del Desierto de Sonora. Hoy, el Museo del Desierto de Arizona-Sonora se erige como un testimonio de la visión de sus fundadores, atrayendo a más de medio millón de visitantes al año y sirviendo como un recurso vital para la conservación y la educación en la región.
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